La lucha revolucionaria de las mujeres

La explotación de las mujeres trabajando en la finca

Fragmento de un mural que trata la explotación de las mujeres en las fincas:

“Las mujeres desde la una de la mañana se levantaban a desgranar, moler, tortear en la casa del patrón, tan sólo descansaban dos o tres horas al día.”

La revolución zapatista contra el poder de las fincas y su gobierno ha sido también una revolución de las mujeres contra el poder patriarcal en cuya cúspide se encuentra el patrón.


La mujer al frente en la lucha
Este cuadro producido por Jeronimo y Tribu del Caracol II podría llamarse la mujer toma la vanguardia en la lucha. La mujer de espaldas enfrenta con un machete en cada mano al mundo capitalista, en el campo a la izquierda y en la ciudad a la derecha. Los patrones hasta arriba explotan a trabajador@s en la finca, en la cocina, en las calles y en la maquiladora. Hasta abajo los rebeldes son torturados, al viejo estilo con un látigo a la izquierda y al “nuevo” estilo en cuarto de interrogatorio. Como fondo una bandera de México se distorsiona por la realidad absurda del capitalismo que la cubre.

La Ley Revolucionaria de Mujeres del Ejército Zapatista marcó cambios sin precedente en las comunidades indígenas de Chiapas.

Dice la antropóloga Sylvia Marcos: “Sabemos que esta ley fue votada por consenso adentro de las filas del EZLN varios meses antes de su emergencia pública hace 20 años (1º de enero de 1994). Por una carta del Sub-comandante Marcos, sabemos que las reacciones fueron múltiples y que su aceptación tuvo que ser defendida con ahínco como uno de los objetivos centrales en su lucha por la justicia.

Sabemos que la Comandanta Ramona y la Comandanta Susana, ambas, pasaron más de 4 meses recorriendo las entonces comunidades zapatistas. Recorrieron todas y cada una y dialogaron con l@s zaptistas en colectivo, en asambleas comunitarias, a la usanza de los pueblos de la región. Una vez que fue aceptada en cada comunidad y pueblo zapatista se propuso su inclusión en El Despertador Mexicano, Órgano Informativo del EZLN, México, No 1. Diciembre 1993.

Recuerdo lo novedoso, en ese diciembre del 93, que fue encontrar una publicación, la primera, de un movimiento social revolucionario, o “guerrilla”, que incluía, en su primera aparición pública – su “carta de presentación” –  la exigencia de los derechos de las mujeres. En esas épocas, era verdaderamente innovador. Casi no se podía creer que fuera cierto y mucho menos cuando, al aparecer las primeras imágenes, se confirmaba una presencia incontestable de mujeres en puestos de autoridad y dirigencia. Era una mujer, una mayora, quien dirigió la toma de San Cristóbal de las Casas Chiapas y la Comandanta Ramona estaba al centro en los posteriores Diálogos de Paz en la Catedral.

Esta ley, desde entonces, manifestaba sus efectos en las prácticas zapatistas. Si algo le ha dado al zapatismo su particularidad, su color y su sabor, es esta posición de inclusión y defensa de los derechos de las mujeres, tal como la define la Ley de Mujeres.” (Mujeres y la Sexta)

Mujeres del mundo unidas en la lucha

Este cuadro representa mujeres de muchos lugares del planeta con el puño en alto alrededor de una fogata donde un corazón arde. Ocho meses del CompArte, las mujeres zapatistas organizaron un “Encuentro internacional de mujeres que luchan” al que asistieron más de 5 mil mujeres de decenas de países.

“A las mujeres de México y el Mundo…

Compañeras, hermanas:

Les saludamos con respeto y cariño como mujeres que somos, mujeres que luchan, resisten y se rebelan en contra del sistema capitalista machista y patriarcal.

Bien que lo sabemos que el mal sistema no sólo nos explota, nos reprime, nos roba y nos desprecia como seres humanos, también nos vuelve a explotar, reprimir, robar y despreciar como mujeres que somos.

Y ahora lo sabemos porque está más peor, porque ahora, en todo el mundo, nos asesinan. Y a los asesinos, que siempre son el sistema con cara de macho, no les importa si nos matan, porque los policías, los jueces, los medios de comunicación, los malos gobiernos, todos los que allá arriba son lo que son a costa de nuestros dolores, los cubren, los solapan y hasta los premian.

Pero como quiera no tenemos miedo, o sí tenemos pero lo controlamos, y no nos rendimos, y no nos vendemos y no claudicamos.

Entonces, si eres una mujer que lucha, que no está de acuerdo con lo que nos hacen como mujeres que somos, si no tienes miedo, si tienes miedo pero lo controlas, pues entonces te invitamos a encontrarnos, a hablarnos y a escucharnos como mujeres que somos.

Por eso invitamos a todas las mujeres rebeldes del mundo al Primer encuentro internacional, político, artístico, deportivo y cultural de mujeres que luchan.” (Enlace Zapatista)

Resistencia y la lucha de las mujeres

“Resistencia y la lucha de las mujeres”- Fragmento de un mural donde mujeres zapatistas resisten la invasión del ejército mexicano en sus tierras. A la derecha, otro fragmento del mural: “La muerte del capitalismo y el nacimiento de la nueva vida.”

Las mujeres de X'oyep. Foto de Pedro Valtierra

La imagen de “Resistencia” evoca la famosa foto de Pedro Valtierra. Dice Alberto del Castillo que esta foto de las mujeres de X'oyep fue tomada diez días después de la terrible matanza de Acteal. En esa matanza, un grupo de paramilitares apoyados por el Ejército Mexicano atacaron Acteal, en Chenalhó, Chiapas, y asesinaron 45 personas, incluidos niños y mujeres embarazadas. Pocos días después, “un grupo de mujeres indígenas se enfrentó valientemente a soldados del ejército mexicano que intentaban ocupar su territorio en la comunidad de X'oyep, en el municipio de Chenahló, en el estado de Chiapas. El fotógrafo Pedro Valtierra estuvo ahí.” Esta foto, dice del Castillo, se “convirtió en el ícono más conocido” del movimiento zapatista de Chiapas. Los indígenas de Acteal no eran zapatistas, los de X'oyep sí.  
(Alberto del Castillo. Las mujeres de X'oyep. La historia detrás de la fotografía. Issuu)

Marichuy, la voz de los pueblos originarios de México. Foto de Rosa Barajas
En el mural de la lucha de las mujeres, a la derecha, en el fragmento, “La muerte del capitalismo” (ver arriba) un grupo rodea la tierra y de su corazón surge el CNI. (Consejo Indígena de Gobierno). Rosa María Barajas dice:

“Por primera vez en la historia de México una mujer indígena busca participar en las elecciones del 2018 para la presidencia de la república. Por elección de una asamblea de pueblos originarios congregados en el Congreso Nacional Indígena (CNI), María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy), nahua del sur de Jalisco, fue nombrada vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) para participar en los comicios como candidata independiente. Su participación en el proceso rompe con la posición anti-electoral que desde sus inicios el CNI mantuvo, mostrando la falta de confianza hacia la política mexicana. Miembros del congreso indígena denuncian lo que llaman una guerra de exterminio hacia sus comunidades a favor de megaproyectos y en nombre del progreso. Ven su participación en el proceso electoral como una vía de denuncia y organización para detener esa guerra.

Por eso es necesario voltear a ver a nuestros hermanos de nuestras comunidades que tenemos al lado, de hacer una fuerza juntos y poder quitar este monstruo capitalista que está acabando con todo, está acabando con todos, está acabando con nuestras vidas, con la vida de las comunidades, está contaminando esas aguas, está acabando esos árboles, está destrozando nuestros territorios y le está sacando las riquezas y nos está encarcelando a nuestros habitantes, nos están desapareciendo. Marichuy en caracol Roberto Barrios.

Rosa María Barajas. Marichuy, la voz de los pueblos originarios de México. (Raíces sin fronteras)

Mujer empoderada es raíz y es lucha. Foto de Rosa María Barajas
Esta obra cuyos autores no logré registrar puede ser llamada Mujer empoderada es raíz y es lucha. En la foto vemos a una mujer indígena, una guerrera con el brazo en alto rodeada y respaldada por una serpiente que refuerza su poder. La mujer porta una banda con la bandera de México indicando el nacionalismo de los/las autoras del cuadro. La falda de la mujer se transforma abajo en raíces de un árbol que también le da fortaleza. Las raíces se nutren del planeta Tierra; ese es el fundamento de su empoderamiento.

Marichuy acompañada de las concejalas del CIG.
Imagen: Alfonso Vladimir, Cuartoscuro.com, publicada por Chacarotex. Imagen link
Aunque la campaña presidencial 2018 de Marichuy y el Concejo Indígena de Gobierno logró reconocimiento oficial sólo como pre-campaña, tuvo en cambio varios logros fundamentales. Permitió una visibilidad mucho mayor de las luchas indígenas de México en los medios de comunicación mainstream y en la medios independientes, la cual no tenían antes de la campaña. Y por otro lado fortaleció como nunca antes el poder de las activistas indígenas en los movimientos sociales de las comunidades originales en México.

Dice Rosa María Barajas sobre la campaña de Marichuy:

“En colectivo, en cada una de las presentaciones, Marichuy comparte la palabra con las compañeras concejalas de comunidades. Así la zapoteca de Oaxaca denuncia la militarización de Juchitán so pretexto de apoyo después del terremoto; la otomí del estado de México denuncia el despojo de tierras en San Francisco Xochicuautla por hacer una carretera; la concejal tzotzil de Acteal habla de la matanza de 1997 en la que grupos paramilitares asesinaron a 45 personas, incluyendo a sus padres; la concejal de la comunidad guarijio de Sonora habla de cómo el gobierno se quiere apropiar de sus ríos, o la concejal Nahua de Jalisco denuncia que les arrebatan sus tierras comunales para construir desarrollos turísticos. Otras hablan de proyectos mineros, parques eólicos y muchos otros conflictos. A sus denuncias en el recorrido se unieron las voces de una madre y dos padres de Ayotzinapa que siguen buscando verdad y justicia para sus 43 estudiantes victimas de desaparición forzada en 2014.

 “Pero sobre todo es la hora de las mujeres que luchan y se organizan por nacer su libertad, por nacer su patria nueva con justicia, por nacer un mundo nuevo de paz y diferente sobre las ruinas que el sistema capitalista y patriarcal van dejando por todos lados. Es el momento de que las mujeres nos organicemos sí, por el respeto de nuestros derechos, pero también por todos y por todas porque en nosotras está la fuerza para empujar esta enorme lucha.” Esto dijo Marichuy en Oventic…

Y no sólo lo habló. En el recorrido fue evidente la presencia y la fuerza de la mujer. En todas las presentaciones, en el programa participaron sólo mujeres de principio a fin. Fueron compañeras las que dirigieron los programas, comandantas las que dieron la bienvenida a los caracoles al concejo y a Marichuy, autoridades femeninas portando el bastón de mando las que las recibieron en Oventic, concejalas las que hablaron, niñas las que participaron en los cantos y bailes que cerraron cada presentación.”

Rosa María Barajas. Marichuy, la voz de los pueblos originarios de México. (Raíces sin fronteras)


Otorgando el mando a la mujer
Este fragmento de un mural bien podría titularse: Otorgando el mando a la mujer y a la vez a las comunidades desde la estructura militar. En la imagen un soldado zapatista uniformado entrega un fusil a una mujer zapatista con un paliacate sobre el rostro, pero que no es miliciana puesto que no trae uniforme. Por tanto, este cuadro puede representar un doble traspaso del poder, del hombre a la mujer en primer lugar, pero también de Ejército Zapatista a las comunidades zapatistas, como efectivamente ocurrió cuando los caracoles fueron creados- ver  del Subcomandante Marcos (Treceava Estela, Quinta Parte)

Grupo de mujeres zapatistas esperando la llegada de Marichuy a la comunidad Guadalupe Tepeyac en Chiapas.
Foto de Rosa María Barajas
Esta imagen de traspaso de poder del hombre a la mujer tiene mucho fondo; implica de hecho una postura sobre el feminismo y el movimiento de liberación femenina. En el cuadro, la mujer y el hombre son representados en un estatus casi similar: el hombre con un poco de más estatura entrega el fusil; mujer y hombre se miran de frente a los ojos. Los rostros son poco expresivos pero el gesto es crucial. La mujer no arrebata el fusil ni el hombre lo defiende; no se trata de una “guerra de sexos” o de una lucha contra el hombre. Se trata más bien de una colaboración para juntas luchar contra el sistema capitalista. A diferencia de ciertos feminismos urbanos, clase medieros o enraizados en regiones del norte global como Estados Unidos o Europa, en el movimiento zapatista de Chiapas, como en otros movimientos indígenas y populares en regiones del sur global, la lucha contra la opresión de la mujer se teje mucho más con la lucha de hombres y mujeres contra el sistema capitalista.

Que no se malinterprete: la mujer zapatista ha luchado y lucha duro contra el machismo en sus comunidades. De hecho, el Encuentro internacional de mujeres que luchan refrendó el poder de las mujeres y su autonomía: “Si eres hombre, de balde estás escuchando o leyendo esto porque no estás invitado”, se lee en la convocatoria al Encuentro. Y en la clausura dicen las mujeres zapatistas:  

“Hermanas y compañeras:

Este día 8 de marzo, al final de nuestra participación, encendimos una pequeña luz cada una de nosotras.

La encendimos con una vela para que tarda, porque con cerillo rápido se acaba y con encendedor pues qué tal que se descompone.

Esa pequeña luz es para ti.

Llévala, hermana y compañera.

Cuando te sientas sola.

Cuando tengas miedo.

Cuando sientas que es muy dura la lucha, o sea la vida,

Préndela de nuevo en tu corazón, en tu pensamiento, en tus tripas.

Y no la quedes, compañera y hermana.

Llévala a las desaparecidas.

Llévala a las asesinadas.

Llévala a las presas.

Llévala a las violadas.

Llévala a las golpeadas.

Llévala a las acosadas.

Llévala a las violentadas de todas las formas.

Llévala a las migrantes.

Llévala a las explotadas.

Llévala a las muertas.

Llévala y dile a todas y cada una de ellas que no está sola, que vas a luchar por ella.

Que vas a luchar por la verdad y la justicia que merece su dolor.

Que vas a luchar porque el dolor que carga no se vuelva a repetir en otra mujer en cualquier mundo.

Llévala y conviértela en rabia, en coraje, en decisión.

Llévala y júntala con otras luces.

Llévala y, tal vez, luego llegue en tu pensamiento que no habrá ni verdad, ni justicia, ni libertad en el sistema capitalista patriarcal.”

(Palabras de las mujeres zapatistas en la clausura del primer encuentro internacional, político. Artístico, deportivo y cultural de mujeres que luchan en el caracol zapatista de la zona tzotz choj. 10 de marzo del 2018. Enlace Zapatista)

Para profundizar sobre los distintos feminismos ver Carmen Cariño en el Seminario Pensamientos y Feminismos Descoloniales Latinoamericanos. Para la lucha del hombre contra el machismo ver: Tejiendo una masculinidad consciente: diálogos de hombres acompañantes de asistentes al Encuentro internacional de mujeres que luchan.