Situación actual y perspectivas

Situación actual y perspectivas
Tejiendo tácticas y estrategias: Plan de investigación y discusión 


0. Estrategia y táctica

Para no perder la brújula requerimos claridad sobre nuestras tácticas y estrategias

0.1 Estrategias: 

a) Emancipación: Es decir, destruir hidra capitalista, patriarcados y colonialismos y sobre sus ruinas construir sociedades basadas en comunidades comunistas y libertarias

b) Abolir toda clase de instituciones creadas para la dominación: estados, fronteras, cárceles, policías, ejércitos, megaproyectos, etc. 

c) Defender la vida frente a la crisis de civilización que la amenaza

Defender por todos los medios y en todos los lugares la vida del planeta, del medio ambiente, de los animales, plantas, ríos, mares, y seres humanos.

Detener la destrucción, calentamiento, envenenamiento del planeta, el exterminio de millones de individuos de especies animales y vegetales y el genocidio lento y rápido de un alto porcentaje de la humanidad.

Detener las guerras capitalistas y los complejos militares industriales

Defender el derechos de los pueblos a preservar su territorio y si no es posible a migrar con dignidad a otros territorios y negociar democráticamente con los pueblos de tránsito y de llegada. 

Defender nuestros territorios en el sentido más amplio del término.


0.2 Tácticas:

Hay tantos caminos (tácticas) como hay resistencias y rebeldías en México y el mundo. 

No hay un solo camino correcto ni una táctica única. Hoy, la lucha contra la hidra se parece más a millones de avispas picando en todos lugares que a un ejército central peleando contra otro.  

El asalto al Palacio de Invierno, el derrocamiento del gobierno, y la instauración de un poder socialista es una propuesta táctica importante pero no la única. “Caminante no hay camino, se hace (y se define) camino al andar.”

Sin la rebeldía de las clases trabajadoras, las clases obreras y las clases obreras industriales no habrá revolución, pero su lucha no es más importante ni hegemónica que todas las del complejo mosaico de rebeldías y resistencias de los y las de abajo. 

La unidad y la coordinación es el arte de “echar trato” más que de buscar hegemonizar y homogeneizar las resistencias populares.  

     

1. La era del capitalismo neoliberal- Exploración de los rasgos del capitalismo neoliberal

1.1- Origen - Crisis del capitalismo socialdemócrata (“estados de bienestar”) y reemplazo por el neoliberalismo en los 1980s.

1.2- Acumulación por despojo- El neoliberalismo hace evidente que la bestia capitalista acumula no con una sino al menos con dos patas: Explota a la fuerza de trabajo y despoja bienes y riquezas a pueblos, comunidades urbanas y rurales, y a la naturaleza misma. (Ver “capitalismo por despojo” de David Harvey). 

1.3- Ideologías, mentalidades, culturas neoliberales- Igual que el viejo liberalismo del Siglo 19, el neoliberalismo actual viene cargado de ideologías patológicas: egoísmo acendrado, violencia para resolver conflictos, darwinismo social, individualismo ontológico, consumismo como perspectiva de vida, etc.   

1.4- El crimen como forma de vida- Las empresas criminales se vuelven capitalistas y las capitalistas se vuelve criminales; la frontera entre ambos se hace borrosa

1.5- Consecuencias de la vieja acumulación originaria ahora permanente- «El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo, por todos los poros desde la cabeza hasta los pies». Lo sigue haciendo siglos después. No solo “proletarización” forzada; también destrucción sistemática de las experiencias comunitarias arrebatando todo lo que da sentido a la vida y reemplazando por un individuos atomizados frente al mercado. Que toda la reproducción social pase por el mercado. 

las iglesias fundamentalistas corren a llenar la vaciedad existencial provocada por la acumulación capitalista.     

1.6- Clases sociales en el capitalismo neoliberal- 

(a) El desdoblamiento entre capital y trabajo no ocurre creando un ejército industrial más o menos homogéneo sino provocando una fragmentación, dispersión y segmentación profunda de condiciones laborales y vivenciales. Auge del trabajo “informal”. 

Los y las de abajo aparecen más como un cristal hecho trizas en mil pedazos que como un ejército listo para hacer frente al capital. 

La antes poderosa clase obrera es puesta de rodillas. 

(b) El capitalismo contemporáneo polariza la sociedad en dos campos: los de arriba y los y las de abajo: estas son categorías sociológicas fundamentales. 

Pero produce además a los de enmedio: no la pequeña burguesía urbana y rural que ataca sin piedad hasta el extermino ni tampoco la aristocracia obrera corrompida por el imperialismo. Se trata de las clases medias profesionales producidas por la era de las corporaciones multinacionales y cuya existencia es fundamental para la reproducción del capital: su trabajo administrativo y técnico es indispensable lo mismo que su función política como mediadora entre trabajo y capital- su mediación social e ideológica entre trabajo y capital es fundamental para reproducir el sistema de dominación.

Esta clase media profesional no va a desaparecer con el desarrollo capitalista.  


2. Crisis de civilización 

2.1 Rasgos de la crisis

Calentamiento y envenenamiento de la tierra y sus consecuencias

Agotamiento de las energías fósiles- Insuficiencia de las energías alternativas

Aparición de nuevas epidemias y enfermedades

Reducción de zonas agrícolas y residenciales

Conflictos por agua se agudizan por doquier 

Crisis en los sistemas alimentarios, de salud y de educación- y no se trata sólo de que no tengan dinero.   

Descomposición de comunidades e incremento de la violencia contra las mujeres 

Descomposición de los estados nación y de los sistemas políticos nacionales, regionales y locales- reducidos a mecanismos de represión y control social; privatización del monopolio de la violencia, proliferación de bandas del crimen organizado. 

Incremento exponencial de las comunidades obligadas a migrar; proliferación de nuevas policías y cercas fronterizas

Proliferación de guerras y peligro de que armas nucleares sean utilizadas

Para el tema, ver el texto de Carlos Taibo: Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo

2.2- ¿Qué estamos viviendo? Caracterización de la crisis: ¿Crisis capitalista o crisis de civilización?- Crisis económicas de ciclos cortos + ciclos largos (ciclos Kondratieff) vs crisis de civilización que sincronizan crisis de muchos tipos: ambientales, energéticas, de acumulación, de representación política, de control sanitario, de “valores”, etc.    


3. Alternativas

3.1- Los de arriba

Fascistas- Sálvese quien pueda, o sea yo. Después de mí, la tormenta. Que los demás se frieguen, sobre todo los más nacos y lejanos a mi circuito de vida. Que sobrevivan los más aptos. ¿Genocidios que involucren miles millones de personas? Es una pena pero bueno, ¿qué le vamos a hacer? Es la “naturaleza humana.” 

Progresistas- Evitar todas esas cosas tan feas pero sin alterar mis privilegios ni modificar en lo fundamental los sistemas de dominación ni los patrones de acumulación. Ok otorgar algunas migajas. 

Por tanto, los progresismos están condenado a fracasar, provocar desencanto, crear vacíos políticos y abrir puertas a los fascistas “que si saben gobernar”. (Ver Peter Rosset. “América Latina y la conciliación de clases”. 

3.2- Los y las de abajo

3.2.1- Propuestas que emergen en los países del Norte Global: 

Ecosocialismos- Derrocar a los capitalistas e imponer poderes populares que remedien la crisis civilizatoria, sobre todo el deterioro de la tierra antes de que sea demasiado tarde.

Colapsistas- ¿De qué hablas? Ya es demasiado tarde. A prepararse para lo peor y a discutir el qué hacer sabiendo que el colapso más o menos profundo de los sistemas políticos y económicos tal y como los conocemos es inevitable.  

Decrecionistas- Sea o no ya demasiado tarde (lo que es lo más probable): hay que establecer lo antes posible sociedades con crecimiento cero; en otras palabras sin acumulación de capital. 

3.2.2- Propuestas que emergen en los países del Sur Global: 

Zapatistas y propuestas comunitarias, feministas y decoloniales desde Nuestra América, África y otras regiones del mundo

África- El continente donde las crisis múltiples más se agudizan. ¿En que están pensando los movimientos sociales? Voltear a ver y leer a África. 

Nuestra América— (Así llamaba José Martí a Latinoamérica y el Caribe): 

Políticas de Kuxlejal, Sumak kawsay, buen vivir, vida en plenitud—propuesta civilizatoria de pueblos originarios

Feminismos comunitarios y decoloniales- Rigoberta Manchú, Lorena Kabnal, Carmen / Bey Cariño, Rita Segato, etc.  

Decolonialidad- Mariategui, Che Guevara, Enrique Dussel, etc.   

Marxismo negro- Perspectiva desde las rebeliones de esclavos en las Américas, principalmente las islas del Caribe. Explican cómo el marxismo y el racismo han sido cruciales para la acumulación capitalista. 

3.3- Zapatistas- Les doy la palabra para que expliquen su perspectiva: 


Documento 1: Convocatoria a actividades en 2016

Enlace Zapatista, Febrero 2016

29 de febrero del 2016.

Considerando:

Primero: Que la grave crisis que sacude al mundo entero y que habrá de agudizarse, pone en riesgo la supervivencia del planeta y todo lo que lo puebla, incluyendo a los seres humanos.

Segundo: Que la política de arriba no sólo es incapaz de idear y construir soluciones, también es una de las responsables directas de la catástrofe ya en curso.

Tercero: Que las ciencias y las artes son quienes rescatan lo mejor de la humanidad.

Cuarto: Que las ciencias y las artes representan ya la única oportunidad seria de construcción de un mundo más justo y racional.

Quinto: Que los pueblos originarios y quienes viven, resisten y luchan en los sótanos en todo el mundo son poseedores, entre otras, de una sabiduría fundamental: la de la supervivencia en condiciones adversas.

Sexto: Que el zapatismo sigue apostando, en vida y muerte, por la Humanidad.

La Comisión Sexta del EZLN y las bases de apoyo zapatistas:

CONVOCAN A ARTISTAS, CIENTÍFICOS FORMALES Y NATURALES, A L@S COMPAÑER@S DE LA SEXTA NACIONAL E INTERNACIONAL, AL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, Y A CUALQUIER SER HUMANO QUE SE SIENTA INTERPELAD@, A LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:

UNO. – AL FESTIVAL Y COMPARTICIÓN “CompARTE POR LA HUMANIDAD”. QUE SE CELEBRARÁ DE LOS DÍAS 17 al 30 de julio del 2016…

TRES. – Al encuentro “L@s Zapatistas y las conCIENCIAS POR LA HUMANIDAD” A CELEBRARSE ENTRE LOS DÍAS 25 de diciembre del 2016 y el 4 de enero del 2017 en el CIDECI de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.


Documento 2: Carta a Juan Villoro

Las artes, las ciencias, los pueblos originarios y los sótanos del mundo. Carta para Juan Villoro- Enlace Zapatista, Feb 28, 2016

“EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.

MÉXICO.

Febrero del 2016.

Hermano:

Celebro que el resto de la familia bajo protesta esté bien, y agradecemos que hayas sido el mensajero para hacerles llegar nuestros saludos y los obsequios que les enviamos (aunque sigo pensando que corbatas y ceniceros o floreros hubieran sido una mejor opción)…

[El tema de esta carta es] la tormenta.

Permíteme entonces que aproveche estas líneas para seguir nuestro intercambio de reflexiones sobre la crisis compleja que se avecina, según algunos, o que ya está, según otros.

Alguien ha dicho por ahí que nuestra visión (plasmada ahora en la tipografía del libro “El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista. Participación de la Comisión Sexta del EZLN”), es apocalíptica y más cercana a Robert Kirkman y su “The Walking Dead” (el comic y la serie televisiva, inspirada o no, en él), que a Milton y Rose Friedman y su “Libertad de Elegir” (el libro y las políticas económicas que encuentran ahí su coartada). 

Que nos equivocamos por no ser ortodoxos, o que nos equivocamos por ser demasiado ortodoxos. 

Que no va a pasar nada, que al levantarse cada mañana estará lo necesario para el desayuno, que el perro del vecino seguirá ladrándole al camión de la basura, que al abrir el grifo del lavabo saldrá agua y no un sonido de ultratumba. 

Que somos sólo pajarracos de mal agüero que, además, no tenemos impacto mediático o académico (aunque cada vez más son lo mismo).

En fin, que la máquina funciona y cada quien está donde debe de estar. 

Las sacudidas son esporádicas y son sólo eso, sacudidas, y que las turbulencias son pasajeras y debidas a que alguien se resiste a estar donde debe estar. 

Como se descompone un reloj si un engranaje o resorte se salen de su lugar y el Estado es el “relojero” que elimina la pieza rota y la sustituye por otra.

¿El Apocalipsis (todo incluido)? ¿El diluvio universal? ¿La humanidad prisionera en el ferrocarril aparentemente eterno e inmortal de Snowpiercer (la película del surcoreano Bong Joon-ho, titulada “Rompenieves” en el dvd de “producción alternativa” que me llegó -y que ahora no encuentro-), y reproduciendo dentro de él la misma inhumanidad que, queriendo resolver el calentamiento global, indujo el enfriamiento del planeta?

Nada más alejado de nuestro pensamiento. 

Nosotras, nosotros, zapatistas, no creemos que el mundo se vaya a acabar. 

Sí pensamos que el que conocemos actualmente se va a colapsar, y que su implosión va a acarrear multitud de desgracias humanas y naturales.

Sobre si esa implosión ya está en marcha o está por definirse, su duración y término, se puede debatir, argumentar, cuestionar, afirmar o negar. 

Pero hasta donde sabemos, no hay quien se atreva a negarla. 

Todos allá arriba aceptan que la máquina está fallando, y ensayan una y mil soluciones, siempre dentro de la lógica de la máquina. 

Pero hay quien quiere romper con esa lógica y asevera: la humanidad es posible sin la máquina.

Sin embargo, como lo que somos, no nos preocupa tanto la tormenta. 

Después de todo, han sido siglos de tormenta para los pueblos originarios y los desposeídos de México y del mundo, y si algo se aprende abajo es a vivir en condiciones adversas. 

La vida entonces, y en contados casos la muerte, es una lucha continua, una batalla librada en todos los rincones de los calendarios y geografías. 

Y no hablo aquí de las mundiales, sino de las personales.

Como se puede concluir en una lectura atenta de nuestra palabra, el nuestro es un mensaje que va más allá de la tormenta y sus dolores.

Es nuestra creencia que la posibilidad de un mundo mejor (no perfecto ni acabado, dejemos eso para los dogmas religiosos y políticos) está fuera de la máquina y su posibilidad se sostiene en un trípode. 

O más bien en la interrelación entre tres columnas que han pervivido y perseverado, con sus altibajos, sus pequeñas victorias y sus grandes derrotas, a lo largo de la breve historia del mundo: las artes (exceptuando de estas últimas a la literatura), las ciencias y los pueblos originarios con los sótanos de la humanidad.

Tal vez te preguntes, un poco por curiosidad y otro mucho por la interpelación directa que te supone, el por qué pongo en un compartimento excluso a la literatura. 

Permíteme que lo diga más adelante.

Notarás que, abandonando a los clásicos, no he puesto a la política entre las vías de salvación. 

Conociéndonos un poco (con todo y que no aparezcamos ni en interiores de las páginas de los medios, hay bibliografía propia y abundante para quien tiene un interés honesto en saber de qué va el zapatismo), es claro que nos referimos a la política clásica, a la política “de arriba”.

Escucha, Juan, hermano, yo sé que eso da no para otra carta, sino para una biblioteca ya que en ésas estamos, así que permíteme que deje ese punto en el aire. 

No porque sea menos importante o trascendente en la tormenta, sino porque ya “agarré camino”, como dicen los compas, y si sigo cualquiera de las bifurcaciones con las que me tienta la palabra, corres el riesgo de que esta carta nunca te llegue, no por la lluvia, sino por inconclusa.

He puesto “las artes” porque son ellas (y no la política) quienes cavan en lo más profundo del ser humano y rescatan su esencia. 

Como si el mundo siguiera siendo el mismo, pero con ellas y por ellas pudiéramos encontrar la posibilidad humana entre tantos engranajes, tuercas y resortes rechinando con mal humor. 

A diferencia de la política, el arte entonces no trata de reajustar o arreglar la máquina. 

Hace, en cambio, algo más subversivo e inquietante: muestra la posibilidad de otro mundo.

Puse “las ciencias” (y me refiero aquí especialmente a las llamadas “ciencias formales” y a las “ciencias naturales”, considerando que las sociales aún tienen algunas cosas que definir -ojo: sin que esto implique una demanda y exigencia-) porque tienen la posibilidad de reconstruir sobre la catástrofe que ya “opera” en todo el territorio mundial. 

Y no hablo de “reconstruir” en el sentido de retomar lo caído y armarlo de nuevo, a imagen y semejanza de su versión antes de la desgracia. 

Hablo de “rehacer”, es decir, “hacer de nuevo”. 

Y los conocimientos científicos pueden entonces reorientar la desesperación y darle su sentido real, es decir, “dejar de esperar”. 

Y quien deja de esperar, podría empezar a actuar.

La política, la economía y la religión dividen, parcelan, parten. 

Las ciencias y las artes unen, hermanan, convierten las fronteras en ridículos puntos cartográficos. 

Pero, cierto, ni unas ni otras están exentas de la feroz división de clases y deben elegir: o contribuyen al mantenimiento y reproducción de la máquina, o contribuyen a mostrar su necesaria supresión.

Como si en lugar de re-etiquetar la máquina, embelleciéndola o afinándola, el arte y la ciencia plantaran, sobre la cromada superficie del sistema, un letrero lacónico y definitorio: “CADUCO”, “Tiempo Transcurrido”, “para continuar viviendo deposite otro mundo”.

Imagina (a tu generación algo le debe haber tocado de John Lennon, la mía es más de sones y huapangos), imagina que todo lo que se gasta en política (por ejemplo, en elecciones por votación y elecciones por guerra, tan antidemocráticas unas como las otras –“la política y la economía son la continuación de la guerra por otros medios”, debió haber dicho Clausewitz si hubiera partido de la ciencia social), se dedicara a las ciencias y las artes. 

Que en lugar de campañas electorales y militares hubiera laboratorios, centros de investigación y divulgación científica, conciertos, exposiciones, festivales, librerías, bibliotecas, teatros, cines, y campos y calles donde reinaran las ciencias y las artes, y no las máquinas.

Claro, nosotras, nosotros, zapatistas, estamos convencidos de que eso es posible sólo fuera de la máquina. 

Y que hay que destruirla. No reajustarla, no maquillarla, no hacerla “más humana”. No, destruirla. Si algo de sus restos sirve, que sea como muestra de que no hay que repetir la pesadilla. Como si sólo fuera un referente al que se mira por el “Espejo Retrovisor” mientras se deja atrás el camino.

Pero no dudamos que haya alguien que piense o crea que es factible dentro de ella, sin alterar su funcionamiento, cambiando de maquinista o viendo que los vagones más suntuosos redistribuyeran su riqueza para que algo (tampoco mucho, no hay que exagerar), les llegara a los vagones traseros. 

Claro, siempre recalcando que cada quien está donde debe de estar. Pero la candidez, hermano, suele ser uno de los ropajes de la perversidad.

Y he mencionado a los pueblos originarios y los sótanos mundiales, bueno, pues porque son quienes más oportunidad tienen de sobrevivir a la tormenta y los únicos con la capacidad para crear “otra cosa”. 

Alguien tiene que responder mañana a la pregunta “¿Hay alguien en la Tierra?”. 

Y aquí la palabra presenta, no sin coquetería provocadora, otra bifurcación que, en bien de esta misiva, evito con mi conocido recato…”